DMC
Hace más de 250 años el arte y los negocios se dieron la mano cuando Jean-Henri DOLLFUS, un joven artista de tan sólo 23 años, se embarcó en una aventura con otros dos jóvenes empresarios Jean-Jacques SCHMALZER y Samuel KOECHLIN. Nutriéndose de las tendencias de la moda en la época de las "Indiennes" y el talento de Jean-Henri, se convirtieron en las primeras personas que fabricaron planchas con dibujos de las Indias pintados a mano en Europa.
Durante muchos años, la industria sólo estuvo formada por el negocio de la impresión de telas y era gestionada de forma conjunta por los dos hermanos, Jean-Henri y Jean DOLLFUS.
Mucho antes de la que globalización se convirtiera en una palabra de moda, estos hombres ya tenían una visión internacional para su empresa y ello se hizo evidente al exportar sus telas a todo el mundo.
Casi al final del siglo XVIII, el sobrino de Jean-Henri DOLLFUS, Daniel DOLLFUS, tomó las riendas del negocio. En primavera de 1800 se casó con Anne-Marie MIEG y agregó el apellido de su esposa al suyo, como era habitual en aquella época. Ese mismo año le dio a la compañía un nuevo nombre: DOLLFUS-MIEG & Compagnie, o DMC.
Ya en 1818, Jean Dollfus-Mieg ocupó el lugar de su padre, y el estilo de administración de la familia se volcó en la calidad, la comercialización y los servicios.
Fue mientras cursaba sus estudios en Leeds, Inglaterra, que Dollfus hijo descubrió el invento del químico JOHN MERCER = "la mercerización" - un proceso por el cual se pasa el hilo de algodón por una solución de sosa cáustica, modificando de este modo el algodón y confiriéndole resistencia, larga durabilidad y un aspecto sedoso.
Y fue así que la familia DOLLFUS desarrolló el primer hilo de algodón.
Fue en el siglo XIX cuando DMC estableció fuertes lazos con la famosa bordadora Thérèse de DILLMONT. La amistad entre esta talentosa mujer y Jean DOLLFUS-MIEG hizo que ella se mudara a Dornach, un pueblo muy próximo a Mulhouse y donde fundó su propia escuela de bordado, en estrecha vinculación con DMC.
El gran éxito de Thérèse fué su Encyclopédie des Ouvrages de Dames (Enciclopedia de manualidades femeninas), publicada en 1886 y traducida y distribuida a diecisiete países.
Las dos guerras mundiales desaceleraron el ritmo de la producción y, en 1961, la compañía se fusionó con THIRIEZ & CARTIER BRESSON. La nueva empresa mantiene el nombre DMC, añadiendo al logotipo la cabeza de caballo de THIRIEZ & CARTIER BRESSON que actualmente lo caracteriza.
En la actualidad, el grupo DMC sigue siendo una organización internacional que fabrica hilos para el consumo minorista y para el sector industrial, así como también otros productos relacionados con la industria textil. El compromiso de la compañía en lo que se refiere a la calidad y la creatividad sigue siendo tan sólido como lo era en el siglo XVIII. Hoy, la primera consigna de la familia Dollfus sigue estando en plena vigencia:
TENUI FILO MAGNUM TEXITUR OPUS - "De un hilo fino puede obtenerse una obra de arte"
Hoy en día, la empresa de Mulhouse DMC es un grupo internacional que exporta a más de sesenta países de los cinco continentes. El 70% de su volumen de negocios se realiza en la fábrica de producción ubicada en esa localidad alsaciana. Su alma máter es la fabricación de hilos destinados a los consumidores y a la industria textil, así como diversos productos derivados.
En todo momento, la calidad superior de los productos, la satisfacción del cliente, la responsabilidad social, la innovación y la creatividad, así como la consideración de las obligaciones medioambientales deben conservar los valores fundamentales compartidos que guían a DMC en su evolución al servicio de los consumidores.